Diseñar un almacén o una fábrica en el siglo XXI sin apoyarse en programas específicos y hacerlo sólo en base a la experiencia o a la intuición, es lo mismo que hacer una nave sin calcular el consumo eléctrico o colocar pilares y cerchas sin realizar el proyecto estructural de la misma.

Por eso, ya desde nuestros inicios, a principios de los 90, empezamos con nuestros programas de cálculo. El primero fue un bisoño programa que calculaba las carretillas de un almacén, pero poco a poco fuimos incorporando otra serie de programas.

En la actualidad tenemos del orden de 25 programas informáticos y que son un apoyo fundamental en nuestro trabajo. Los programas son de diseño propio y muchos de ellos no tienen réplica en el mundo.